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GEOARQUEOLOGÍA Y EVOLUCIÓN PALEOAMBIENTAL

La sedimentología ambiental y la geoarqueología se han convertido en las dos últimas décadas en disciplinas cuyo valor ha sido ampliamente reconocido por los investigadores que indagan el pasado del ser humano. Este hecho se ha debido a que por un lado, los arqueólogos han ido adquiriendo un mejor conocimiento y una mayor concienciación del hecho de que los sedimentos y la estratigrafía aportan información fundamental sobre el contexto en el que se encuentran los artefactos y las estructuras que excavan. Entender el contexto sedimentario y sus implicaciones es un requisito necesario para desarrollar estudios arqueológicos modernos e interpretar el registro arqueológico de manera completa y precisa. Por otro lado, investigadores medioambientalistas (p. ej. paleontólogos, sedimentólogos, geólogos, biólogos, climatólogos, etc.) han dirigido sus investigaciones a la arqueología dado que les aporta un extenso registro de la interacción ser humano-medioambiente responsable en gran medida de muchas de las características de los paisajes recientes tanto pleistocenos como holocenos.

Conocer la evolución de la relación ser humano-medioambiente puede aportar claves críticas para el futuro, por ejemplo a la hora de definir y caracterizar áreas y tipos de uso sostenible del terreno y/o materias primas. Del mismo modo, para la interpretación de la información paleoecológica, al igual que para la información arqueológica, también es de gran importancia un detallado conocimiento del contexto pedosedimentario y geomorfológico derivado de estudios de sedimentología y geoarqueológicos. Dichos estudios se erigen por tanto, como importantes disciplinas que, como viene demostrándose en los últimos años, contribuyen al mejor conocimiento del paleoambiente y del impacto humano en el paisaje mediante el estudio de distintos registros sedimentarios y depósitos de sus áreas de ocupación.

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